¿Cuál es el secreto para vencer los temores, los vicios, las imperfecciones y pecados?
El secreto es el Amor, ese amor que subió a Cristo en una cruz. ¿Y cómo es ese amor? ¿Cómo amar como Cristo amó?
La respuesta es sencilla: ¡siendo enteros de María Santísima!
Es el amor de María el más grande y puro con que una creatura puede amar a su Creador, pues es ese amor que se entrego sin reservas, que a cada paso reafirmaba una decisión, no un sentimiento. La Virgen María amo con la razón, no se dejo llevar por sentimientos pasajeros, Ella entendió el amor que su amado Jesús enseño.
Buscar ser de María es imitarla en todas las virtudes tan preciosas con que el Señor la ha adornado, especialmente en la humildad, que es la raíz de todas las demás virtudes, misma que la llevo a esa renuncia de sí tan perfecta: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su Palabra" (Lc 1, 38). Debemos recordar lo importante de amar, pero para amar de verdad hace falta la humildad.
Al ser enteros de María estamos entregándonos a esa esclavitud perfecta, que sí, trae consigo renuncias y sacrificios, pero todo eso por la verdadera Felicidad que nunca se acaba, que nos espera en ese lugar que nos tiene preparado el Señor.
Para alcanzar ese premio Eterno, el Señor no sólo nos dejó a su propia Madre (Jn 19, 26-27) sino que a lo largo de la historia nos presenta a hombres y mujeres que tomaron la decisión de embarcarse en la hermosa aventura de decirle sí a Cristo buscando vivir la santidad a la que todos estamos llamados (Mt 5, 48). Vemos a tantos santos que han tenido vicios, imperfecciones y pecados, que en determinado momento pensaron que no podrían vencer, sin embargo lograron entender que el Amor lo puede todo y que cuando amas de verdad no tienes tiempo para pecar, y muchos santos reconocieron en María ese amor ardiente y diligente que se entrega sin reservas en todo momento; y tomaron la decisión de tomar fuerte su mano y aferrarse a Ella entendiendo así que solo María Santísima les podría enseñar el Amor.
Para vencer es necesario empezar a imitarla, a vivir el amor cada día, pero siempre recordando que no sólo debemos amar sino también dejarnos amar. ¿Cómo dejarnos amar?
Muchas son las formas para dejarse amar por el Señor, un camino muy hermoso es el que vivió Santa Teresita del Niño Jesús: siendo como niños en los brazos de su Padre, esos niños pequeños que necesitan su cuidado y protección; ahí radica todo: en sabernos necesitados de Dios.
A veces olvidamos que Dios es Padre y al olvidarlo, quizá lo vemos más lejano, por ello querer ser siempre pequeños es buscar romper esa barrera, es traer a Dios a mi realidad cotidiana y entender que para dejarme amar de verdad no puede haber miedo, debo entregarme sin reservas así como cada día se entrego la Virgen María.
Ella es el secreto del Amor, Ella es el secreto de la santidad; Ella entendió lo importante de amar y dejarse amar.
TOTUS TUUS EGO SUM OH MARIA ET OMNIA MEA TUA SUNT
A veces olvidamos que Dios es Padre y al olvidarlo, quizá lo vemos más lejano, por ello querer ser siempre pequeños es buscar romper esa barrera, es traer a Dios a mi realidad cotidiana y entender que para dejarme amar de verdad no puede haber miedo, debo entregarme sin reservas así como cada día se entrego la Virgen María.
TOTUS TUUS EGO SUM OH MARIA ET OMNIA MEA TUA SUNT
Excelente.
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