martes, 31 de julio de 2012

El valor de un ser humano

El otro día pensaba en los animales y las plantas, y veía como se ha multiplicado el número de defensores de la hermosa creación de Dios. Cada vez hay mas personas que se preocupan tanto por cuidar el medio ambiente, que luchan porque se elimine el maltrato animal, que hacen de todo por evitar que se talen arboles... entre otras tantas cosas que conocemos bien; que hermoso cuidar de aquello que Dios nos ha regalado, pero... ¿Por qué cuidamos de toda la creación, menos del mismo ser humano?
Solo por enumerar unas cositas drogradicción, alcoholismo, sexo desordenado, eutanasia, aborto... Cada vez inventamos mas formas de dañarnos a nosotros mismos y a los demás, en este caso específicamente hablare sobre el aborto, no me voy a meter a comprobaciones científicas de cuando empieza la vida, ni nada por el estilo, solamente hacer una pequeña reflexión.

Si un día nos encontramos una noticia en el periódico que dice: joven salta a río para salvar un huevo de halcón muchos dirán, wow, que increíble, es un héroe, que maravilla que existan personas así; y si en el mismo periódico vemos otra noticia que dice: joven reparte rosas con mensajes pro-vida en una clínica abortista (caso real por cierto, aquí pueden verlo) le dicen fanático, loco, que lo lleven detenido... ¡¡qué contradicción!!, ¿desde cuando vale más querer salvar un animal que a un ser humano? Pero sí, la cosa esta así, parece ser como si todo alrededor estuviera al revés.

Abortar es matar, y es el peor de los asesinatos, el lugar mas seguro donde debería estar un bebé, el vientre de la madre, que Dios ha puesto como cuna de la vida, se convierte en un cementerio; y cada vez se buscan más y más formas para legalizar un crimen. Y luego muchos se preguntan porque el mundo esta de cabeza, y es que ¡claro!
Como decía madre Teresa de Calcuta: si es legal para una madre matar a su propio hijo ¿qué te impide matarme? ¿qué me impide matarte? ¡¡SE PIERDE COMPLETAMENTE EL RESPETO POR LA VIDA!!
Porque es así como empieza todo, y ejemplos hay muchos, países en donde tras legalizar el aborto se han aumentado los carteles de la droga, sicariatos, delincuencia, y todo por qué, porque si no se respeta la vida de un bebé indefenso, para qué se va a respetar la vida de los demás ¿verdad? Lo mas absurdo, pero así pasa.

Hoy les invito a pensar, en toda la creación, y démonos cuenta que Dios nos ha puesto en la cabeza de esta creación, sí para cuidarla, pero también debemos cuidar del ser humano en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y entendamos que defender la vida no es para las personas que creen en Dios únicamente, ¡¡es un llamado para todos!! Defender la vida es cuestión de moral, incluso debería ser de lógica, (digo debería porque al parecer muchos piensan ilógico defender la vida de un niño no nacido).

Si hoy nos quedamos sentados y no hacemos nada por defender la vida desde la concepción hasta la muerte natural, ¡¡después no nos quejemos por el mundo que le dejaremos a las futuras generaciones!!

Les dejo una frase de madre Teresa de Calcuta y una canción que espero nos ayude a reflexionar lo maravillosa que es la vida y cuanto estamos llamados a hacer por defenderla.

“La vida es belleza, admírala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala
La vida es vida, defiéndela.”
Madre Teresa de Calcuta

 LA REINA DE MIS CUENTOS - FELIPE GOMEZ

lunes, 30 de julio de 2012

Un salto de Amor

Muchas veces al caminar hacia el Señor, nacen temores profundos, y de pronto todo alrededor dice a gritos que es mejor huir, que no vale la pena seguir, que es mejor dejarlo todo, pero al caminar junto a Jesús y María aprendes poco a poco que esos sentimientos no deben hacerte desistir; y en ese momento el corazón, en donde esta escrita la ley del Amor, da un salto de confianza, de fe, de amor; pues aunque vengan esos temores, el alma sabe a quién le pertenece y siempre buscará volver a su primer Amor.

Jesús es el único Amor que puede llenarnos verdaderamente, por eso cuando haya temor o dolor no debemos olvidar que Jesús ya lo sufrió todo primero para que al regresar la mirada hacia Él nos demos cuenta que no estamos solos, que el mismo Dios está sufriendo a nuestro lado.
Si no creemos en su Amor, miremos la cruz; que sacrificio más grande, que renuncia de sí tan perfecta, Dios se arroja de los Cielos para morir por nosotros, y desde esa cruz Él grita deja que te consuma el fuego de mi Amor, confía en Mí, pues yo confío en ti. Ante esto sólo podemos pensar que si Él que nunca nos falla confía en nosotros que le fallamos constantemente, ¿cómo podemos temer?, ¿cómo podemos pensar por un sólo instante que Él dejara que caigamos?

Dios nunca nos niega nada, su Amor es tan grande que Él constantemente esta luchando por nosotros, para que sus pequeñas ovejitas regresen al rebaño (Mt 18, 12-14); el Señor día a día nos enseña a confiar en Él, pero es nuestra decisión confiar o no, sin embargo Él siempre estará esperando que nos atrevamos a dar ese salto de confianza a sus brazos abiertos para nosotros.

Como decía san Agustín "Dios nos ha creado para Él, y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en Él", es primordial que tomemos una decisión: quedarnos paralizados por el temor y el dolor o vivir el Amor que Dios nos tiene a plenitud.

domingo, 29 de julio de 2012

Amar como María

¿Cuál es el secreto para vencer los temores, los vicios, las imperfecciones y pecados?

El secreto es el Amor, ese amor que subió a Cristo en una cruz. ¿Y cómo es ese amor? ¿Cómo amar como Cristo amó?

La respuesta es sencilla: ¡siendo enteros de María Santísima!

Es el amor de María el más grande y puro con que una creatura puede amar a su Creador, pues es ese amor que se entrego sin reservas, que a cada paso reafirmaba una decisión, no un sentimiento. La Virgen María amo con la razón, no se dejo llevar por sentimientos pasajeros, Ella entendió el amor que su amado Jesús enseño.

Buscar ser de María es imitarla en todas las virtudes tan preciosas con que el Señor la ha adornado, especialmente en la humildad, que es la raíz de todas las demás virtudes, misma que la llevo a esa renuncia de sí tan perfecta: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su Palabra" (Lc 1, 38). Debemos recordar lo importante de amar, pero para amar de verdad hace falta la humildad.

Al ser enteros de María estamos entregándonos a esa esclavitud perfecta, que sí, trae consigo renuncias y sacrificios, pero todo eso por la verdadera Felicidad que nunca se acaba, que nos espera en ese lugar que nos tiene preparado el Señor.
Para alcanzar ese premio Eterno, el Señor no sólo nos dejó a su propia Madre (Jn 19, 26-27) sino que a lo largo de la historia nos presenta a hombres y mujeres que tomaron la decisión de embarcarse en la hermosa aventura de decirle sí a Cristo buscando vivir la santidad a la que todos estamos llamados (Mt 5, 48). Vemos a tantos santos que han tenido vicios, imperfecciones y pecados, que en determinado momento pensaron que no podrían vencer, sin embargo lograron entender que el Amor lo puede todo y que cuando amas de verdad no tienes tiempo para pecar, y muchos santos reconocieron en María ese amor ardiente y diligente que se entrega sin reservas en todo momento; y tomaron la decisión de tomar fuerte su mano y aferrarse a Ella entendiendo así que solo María Santísima les podría enseñar el Amor.
Para vencer es necesario empezar a imitarla, a vivir el amor cada día, pero siempre recordando que no sólo debemos amar sino también dejarnos amar. ¿Cómo dejarnos amar?

Muchas son las formas para dejarse amar por el Señor, un camino muy hermoso es el que vivió Santa Teresita del Niño Jesús: siendo como niños en los brazos de su Padre, esos niños pequeños que necesitan su cuidado y protección; ahí radica todo: en sabernos necesitados de Dios.
A veces olvidamos que Dios es Padre y al olvidarlo, quizá lo vemos más lejano, por ello querer ser siempre pequeños es buscar romper esa barrera, es traer a Dios a mi realidad cotidiana y entender que para dejarme amar de verdad no puede haber miedo, debo entregarme sin reservas así como cada día se entrego la Virgen María.

Ella es el secreto del Amor, Ella es el secreto de la santidad; Ella entendió lo importante de amar y dejarse amar.

TOTUS TUUS EGO SUM OH MARIA ET OMNIA MEA TUA SUNT