"Yo cantaré siempre, aunque las rosas tengan que cultivarse en medio de espinas. Cuanto más grandes y punzantes sean las espinas más dulce ha de ser mi canto."
Santa Teresita del Niño Jesús
Cuando me encontré con esta frase, pensé en la
santidad; y es que el camino que conduce a la santidad es como una rosa que a
pesar de las espinas no pierde su belleza; asimismo el camino hacia la santidad
tiene renuncias y sacrificios que no quitan que sea el camino más hermoso y que
nos lleva a ser felices de verdad. Entonces pensé en la cantidad de veces que
durante el día se presentan oportunidades de cantar aunque duelan las espinas.
Un ejemplo muy común suele ser cuando organizamos
nuestro día con anticipación y al día siguiente nada pasa como queremos y lo primero
que solemos hacer cuando algo no sale como se planeo no es decir bueno Dios mío
Tú lo quisiste por algo, sino solemos molestarnos y no entendemos porque nada
es como queremos.
Ese es un ejemplo pequeño, pero pensemos que si
hasta en esas pequeñas circunstancias nos enojamos, y no aceptamos que todo paso
por nuestro propio bien, como vamos a reaccionar ante cosas más grandes.
Santa Teresita con su vida nos enseña justamente eso,
que son las pequeñas renuncias y sacrificios los que te preparan para las cosas
más grandes, el secreto de santa Teresita fue hacer grandes las cosas pequeñas, haciendolas con amor, por eso ella dice en su frase que a pesar del sufrimiento que deba pasar
seguirá siendo feliz, y cuanto mas grande sea este, mayor sera su felicidad,
porque son las cosas pequeñas las que la ayudaron a fortalecer su voluntad para las cosas grandes. Teresita hizo consistir su santidad en esas renuncias diarias de sí, algo que todos podemos hacer, no deben ser grandes hazañas, deben ser hechas con amor para el Amor, Él siempre estará feliz de recibir nuestras entregas.
Por eso no debemos olvidar cuando las cosas no salen
como esperábamos, que el aceptar esas cosas pequeñas nos ayudará cuando
problemas más grandes vengan, y lo más importante, sea grande o pequeño nuestro
problema, Dios es más grande que todo, y en su Amor infinito nos ha dado a María Santísima; la mano de la Inmaculada está siempre ahí, esperando que la tomemos
para que sea Ella la que nos enseñe a caminar hacia Jesús.
¡Cuando te encuentres con espinas, recuerda que ahí
esta María!
Totus Tuus
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