miércoles, 15 de agosto de 2012

Amar a Dios con el corazón de María

Hoy celebramos una fiesta muy especial: la Asunción de la Virgen María, y quiero compartir con ustedes un pensamiento muy hermoso de San Maximiliano María Kolbe. Su amor por la Inmaculada fue un amor muy tierno, como el de un pequeño hijo a su madre, él confió en ella y ella nunca le decepciono. San Maximiliano es uno de los tantos santos que nos enseña que para llegar al corazón de Jesús no hay camino más hermoso que pasar por el corazón de su Madre Inmaculada.
 "Toda la vida de Jesús y toda su actividad es amor de su Sagrado Corazón... El alma que ve todas esas manifestaciones de amor, también querría pagar amor con amor, pero por experiencia sabemos lo  débiles que somos. Y es aquí donde se manifiesta el amor del Corazón de Dios que nos ofrece su propia Madre para que podamos amarle a El con el corazón de Ella. No ya con nuestro miserable corazón, sino con su Corazón Inmaculado. El amor de la Inmaculada es el amor más perfecto con el que una criatura puede amar a su Dios. Así pues, tratemos de amar cada vez más con el Corazón de María al Corazón de Jesús, y que eso sea nuestro mayor incentivo. No sólo debéis tratar de conquistar muchas almas para Ella, sino también de conseguir a través de Ella que el mayor número posible de almas se funda con el dulcísimo Corazón de Jesús. Primero hay que conquistar de esa manera el propio corazón y, después, otros corazones. ¡Que ese sea nuestro mayor estímulo!".
San Maximiliano Kolbe

martes, 7 de agosto de 2012

AL AMOR DE LOS AMORES JESÚS SACRAMENTADO

ORACIÓN DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS
Sagrario del Altar el nido de tus más tiernos y regalados amores. Amor me pides, Dios mío, y amor me das; tu amor es amor de cielo, y el mío, amor mezclado de tierra y cielo; el tuyo es infinito y purísimo; el mío, imperfecto y limitado. Sea yo, Jesús mío, desde hoy, todo para Ti, como Tú lo eres para mí. Que te ame yo siempre, como te amaron los Apóstoles; y mis labios besen tus benditos pies, como los besó la Magdalena convertida. Mira y escucha los extravíos de mi corazón arrepentido, como escuchaste a Zaqueo y a la Samaritana. Déjame reclinar mi cabeza en tu sagrado pecho como a tu discípulo amado San Juan. Deseo vivir contigo, porque eres vida y amor.



Por sólo tus amores, Jesús, mi bien amado, en Ti mi vida puse, mi gloria y porvenir. Y ya que para el mundo soy una flor marchita, no tengo más anhelo que, amándote, morir.

jueves, 2 de agosto de 2012

Cuando te encuentres con espinas...


"Yo cantaré siempre, aunque las rosas tengan que cultivarse en medio de espinas. Cuanto más grandes y punzantes sean las espinas más dulce ha de ser mi canto."
Santa Teresita del Niño Jesús
Cuando me encontré con esta frase, pensé en la santidad; y es que el camino que conduce a la santidad es como una rosa que a pesar de las espinas no pierde su belleza; asimismo el camino hacia la santidad tiene renuncias y sacrificios que no quitan que sea el camino más hermoso y que nos lleva a ser felices de verdad. Entonces pensé en la cantidad de veces que durante el día se presentan oportunidades de cantar aunque duelan las espinas.

Un ejemplo muy común suele ser cuando organizamos nuestro día con anticipación y al día siguiente nada pasa como queremos y lo primero que solemos hacer cuando algo no sale como se planeo no es decir bueno Dios mío Tú lo quisiste por algo, sino solemos molestarnos y no entendemos porque nada es como queremos.

Ese es un ejemplo pequeño, pero pensemos que si hasta en esas pequeñas circunstancias nos enojamos, y no aceptamos que todo paso por nuestro propio bien, como vamos a reaccionar ante cosas más grandes.

Santa Teresita con su vida nos enseña justamente eso, que son las pequeñas renuncias y sacrificios los que te preparan para las cosas más grandes, el secreto de santa Teresita fue hacer grandes las cosas pequeñas, haciendolas con amor, por eso ella dice en su frase que a pesar del sufrimiento que deba pasar seguirá siendo feliz, y cuanto mas grande sea este, mayor sera su felicidad, porque son las cosas pequeñas las que la ayudaron a fortalecer su voluntad para las cosas grandes. Teresita hizo consistir su santidad en esas renuncias diarias de sí, algo que todos podemos hacer, no deben ser grandes hazañas, deben ser hechas con amor para el Amor, Él siempre estará feliz de recibir nuestras entregas.

Por eso no debemos olvidar cuando las cosas no salen como esperábamos, que el aceptar esas cosas pequeñas nos ayudará cuando problemas más grandes vengan, y lo más importante, sea grande o pequeño nuestro problema, Dios es más grande que todo, y en su Amor infinito nos ha dado a María Santísima; la mano de la Inmaculada está siempre ahí, esperando que la tomemos para que sea Ella la que nos enseñe a caminar hacia Jesús.

¡Cuando te encuentres con espinas, recuerda que ahí esta María!

Totus Tuus

miércoles, 1 de agosto de 2012

¡Qué bien se está contigo Señor!

Hoy estaba el Santísimo y revisando mi libro de oraciones me encontré esta oración tan linda para Jesús Sacramentado



¡Qué bien se está contigo, Señor, junto al Sagrario! Qué bien se está contigo, ¿por qué no vendré más?  Hace ya muchos años vengo a verte diario y aquí te encuentro siempre - Amante solitario - Sólo, pobre, escondido, pensando en mi, quizás!... Tú no me dices nada ni yo te digo nada; si Tú lo sabes todo, ¿qué te voy a decir?

Sabes todas mis penas, todas mis alegrías, sabes que vengo a verte con las manos vacías, y que no tengo nada que te pueda servir. Siempre que vengo a verte, siempre te encuentro solo, ¿será, Señor que nadie sabe que estás aquí? No se; pero se, en cambio. que aunque nadie viniera, aunque nadie te amara ni te lo agradeciera, aquí estarías siempre, esperándome a mi... ¿Por qué no vendré más? ¡Qué ciego estoy, qué ciego! Si se por experiencia, que cuando a Ti me llego, siempre vuelvo cambiado, siempre salgo mejor.


¿A dónde voy, Dios mío, cuando a mi Dios no vengo? ¡Si Tú me esperas siempre! Si a Ti siempre te tengo, si jamás me has cerrado las puertas de Tu Amor.

Por otros se recorren a pie largos caminos, acuden de muy lejos, cansados peregrinos, o pagan grandes sumas, que no han de recobrar. Por Ti, nadie me pregunta; de Ti, nadie hace caso; si alguna vez Te visitan es sólo así, de paso; aquí eres Tú quien paga si alguno quiere entrar.

¿Por qué no vendré más si se que aquí, a tu lado, puedo encontrar, Dios mío, lo que tanto he buscado: mi luz, mi fortaleza, mi paz, mi único bien?

¡Si jamás he sufrido, si jamás he llorado, Señor, sin que conmigo llorases Tú también! 
¿Por qué no vendré más Jesucristo bendito? ¡Si Tú lo estás deseando! ¡Si yo lo necesito! ¡Si se que no soy nada cuando vengo aquí... Si aquí me enseñarías la ciencia de los santos como aquí la buscaron y la aprendieron tantos, que fueron tus amigos y gozan ya de Ti...! ¿Por qué no vendré más, si se yo, que Tú eres el Modelo único y necesario, que nada se hace duro mirándote a Ti aquí...? El Sagrario es la celda donde estás encerrado... ¡Qué pobre, qué obediente, qué manso, qué callado, qué solo, qué escondido... Nadie se fija en Ti!


¿Por qué no vendré más? ¡Oh bondad infinita, riqueza inestimable que nada necesita,
y que te has humillado a mendigar mi amor! Ábreme ya esa puerta - sea esa ya mi vida - olvidado de todos de todos escondida.
¡Qué bien se está contigo qué bien se está Señor!

Amén